Pantalla de proyección con enmascaramiento flexible
Ver películas en casa en una pantalla de cine es aún más divertido
En línea desde: 20.11.2008,
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Esta pantalla de proyección hecha por mí está colgada en mi piso de estudiantes, donde me gusta ver películas de vez en cuando.
El marco negro es lo que la hace tan particular.
Para ver una película en casa como si fuera en el cine es importante que la pantalla cuente con el marco negro adecuado (lo que se conoce como enmascaramiento) que aumente el contraste percibido.
Gracias a una solución con imanes, la altura de las tablas situadas en la parte superior e inferior se puede ajustar con total flexibilidad.
Cómo hacer el marco y el revestimiento
El marco de la pantalla de proyección lo adquirí en una tienda especializada en material artístico ("Classic 45" de la empresa Boesner) y solo tuve que montarlo.Luego, lo revestí con una tela negra (muletón de escena) y, después, con la tela de la pantalla en sí ("pantalla de proyección Opera", ambas de la empresa Gerriets).
Para ello, tuvimos que tensar entre dos la tela alrededor del marco y sujetarla para que yo pudiera graparla poco a poco.
Ambas telas tienen que ser un poco más grandes que la superficie visible.
En mi caso, esta es de 1,9 m x 1,1 m, por tanto, tenían que ser como mínimo de 2 m x 1,2 m.
Demarcación lateral
En los lados cortos de la pantalla, utilicé lámina de terciopelo adhesivo d-c-fix (se puede adquirir en rollos de 45 cm x 1 m en tiendas de manualidades y de bricolaje) para cubrir un margen de unos 5 cm de ancho a cada lado. Esto es importante para delimitar la imagen claramente por los lados. Las marcas verdes se explican en el siguiente apartado.Cómo elaborar el enmascaramiento
A continuación, en la parte posterior de la pantalla de cine, pegué láminas de metal perforadas en 6 sitios diferentes entre el marco y la tela de la pantalla (marcadas en verde en la imagen anterior).Estas láminas también se conocen como placas perforadas y, por lo general, sirven para atornillar listones de madera.
Yo adquirí las mías en una tienda de bricolaje con unas dimensiones de 6 cm x 20 cm x 1,5 mm (de chapa de acero galvanizado).
Las tablas para el enmascaramiento son de madera de álamo contrachapada y miden 1,9 m x 0,2 m x 6 mm.
Primero las coloqué unas al lado de otras y, después, pegué 3 discos magnéticos de 20 x 2 mm
en el borde interior de las tablas, arriba y abajo, utilizando el magnífico pegamento UHU.
También pegué un imán en el centro del lado largo, en la parte posterior de la tabla.
De esta forma, obtuve dos tablas simétricas, pero no idénticas, con siete discos magnéticos cada una.
Observación: Si la distribución asimétrica de los imanes le resulta complicada, puede pegar un imán en cada esquina y en el centro de los lados largos, es decir, seis imanes por tabla.
Después, deje que se seque durante la noche.
Para finalizar, también revestí las tablas con lámina de terciopelo adhesivo d-c-fix (se necesitan unos dos rollos).
Las tablas se sujetan a la pantalla gracias a la atracción entre los imanes y las placas de metal que hay en la parte posterior.
En total, tardé unas 2 horas (más el tiempo de secado por la noche) en fabricar este sistema de enmascaramiento flexible.
¡Que empiece el espectáculo!
El enmascaramiento de la pantalla de proyección se puede ajustar ahora muy fácilmente a cada película.Las dos imágenes siguientes muestran los formatos más utilizados en las películas de cine (16:9 y 21:9).
Coste
Un par de observaciones en cuanto al coste de este proyecto:El marco cuesta unos 16 euros.
Por 70 euros, el muletón y la tela para la pantalla de proyección son lo más caro del proyecto.
A esto hay que sumarle unos 8 euros por las tablas de enmascaramiento, 15 euros por la lámina d-c-fix y unos 10 euros por las placas perforadas y las grapas.
El coste de los imanes es insignificante.
En total, sale por poco más de 100 euros.
En cuanto a calidad, la pantalla de proyección que yo he hecho no se diferencia mucho de las que se pueden comprar en el mercado, que suelen valer hasta unos 1000 euros.
Las pocas empresas que las fabrican piden un buen precio por su trabajo.
Por tanto, merece la pena hacer la propia pantalla para el cine de casa.
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